Pero también aprendí a amar cada hueco vacío, cada ausencia. Cada huída.
Comprendí que, para amar al amor, también debía amar cada una de sus facetas destructivas.
El principio de todo lo que conozco se quedó pequeño cuando empezaste a existir. Cuando tú descubriste mi mundo, o él te descubrió a ti. Va...
No hay comentarios:
Publicar un comentario