viernes, 25 de septiembre de 2015

Forgotten.

Tachada de su vida como un renglón inservible en una obra de arte demasiado buena para mi.
Borrada y olvidada, atada de pies y manos y lanzada a un mar de recuerdos vacíos e inexactos que jamás volverán a resurgir, porque el plomo de su rabia pesa más que cualquier sentimiento de felicidad.
Extraño, y a la vez lejano. Tanto, como cuando sentía que me amaba, y toda sensación de inquietud o soledad quedaba sepultada por el brillo de sus ojos al verme pasar, o por el sonido de mi risa cuando era él quien la provocaba, diferente a cualquiera que hubiera escuchado hasta ahora.
Me hacía sentir en casa aún cuando todo a mi alrededor era páramo yermo y seco, y eso es algo por lo que a día de hoy, todavía lucho.
Quiero volver a mirarme en sus pupilas y sentir que estoy a salvo.
Enredarme en sus pestañas sin miedo a la caída, ni al abismo que pudiera existir entre él y mi miedo a perderle.
Quiero volver a ser eje central de toda su maquinaria, y quiero no volver a sentir que le necesito más allá de las horas contadas para volver a verle.
Nunca lo sabrá, pero ya no hay nada que me asuste más que el hecho de no volver a tenerle conmigo. 
Y es frustrante (muy frustrante) confesar que, si él volviera a decirme 'ven', mi respuesta aún seguiría siendo 'voy', incluso cuando gran parte de todo este daño, reside en lo más profundo de su corazón.

Rebirthing

 El principio de todo lo que conozco se quedó pequeño cuando empezaste a existir. Cuando tú descubriste mi mundo, o él te descubrió a ti. Va...