miércoles, 6 de diciembre de 2017

Nos tenemos.
No somos verbo conjugado en ninguna forma.
No salimos de la pluma de Bukowski ni de ninguna letra de Sabina, y sin embargo nos queremos con la misma intensidad que desgarran sus poemas y destilan sus canciones. 
Y aún nos preguntan si nos queremos.
Cómo si pudiéramos hacer otra cosa en este estúpido mundo que no fuera eso.
Y nos miramos, y sanamos.
Y cuando todo son dagas, y cuchillos llenos de veneno y dolor, nosotros somos la cura del otro.
Y cuando todo lo demás conspira para separarnos, nosotros somos nuestra casa.
Tú, y yo. 

Podrán volver los tiempos en el que el dolor parezca eterno; en el que la oscuridad parezca no tener fin y el final parezca finito. Pero te prometo, amor, que en todos los caminos, estaré contigo.

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