Crash.

Jamás volveré a ser completamente mía, porque a demasiado ratos, soy enteramente tuya.
Y aún sigue escociendo saber que dependo de ti más de lo que quisiera admitir. 
Que tus sonrisas son el único cuchillo capaz de arrancarme el corazón de una sola tajada, y tus ojos son el único precipicio que querré saltar una y otra vez porque sé que en el fondo de esas cuencas insalvables, tú me esperas.
Es tan perturbador entender que, al final, ni tú ni yo aprenderemos a no querernos mientras estemos necesitándonos en formato secreto.
Es tan doloroso discutir por quién quiso más a quién, por quién salvó más a quién... Cuando el amor, en todas y cada una de sus facetas destructivas, ya se nos quedó demasiado grande.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Angustia.

Canta.

Siempre he sentido una atracción irremediable hacia aquello que sabía que estaba destinado a destruirme, un gusto voraz por lo roto y lo astillado.