lunes, 28 de julio de 2014

Frágil.

-Soy un total fracaso. No siento que... Que merezca la pena.

+No sabes lo que equivocada que estás. 

-¿Equivocada? Me siento la sobra. Lo que queda. Con lo que conformarse cuando algo no sale bien. Todas son tan... Tan ellas. Y luego estoy yo, que me escondo pero no finjo ser quien no soy. Estoy yo, siendo más yo que nunca, con todas mis taras. Y cuando se dan cuenta de lo que encuentran en brazos que son todo disfraz y mascarada, vuelven, y remueven lo que estaba ya bajo tierra. Y dañan. Me dañan a mi. Toquetean de nuevo mis sentimientos, y yo debo hacer como que no me importa el hecho de que antes ni siquiera repararan en ellos. Tengo que hacer como la que no se duele con ello, y te prometo que no querrías saber todo lo que duele.

+Bueno... Deberías quedarte con la parte en la que vuelven, porque saben lo que han perdido. 

-Ya... Pero entonces vuelvo a lo de antes... Soy la sobra, lo que queda. Cuando ven que ella es la oscuridad que creían luz, caen en la cuenta de que yo era luz, en todo momento. 'Me arrepiento de haberte dicho a ti que no, por ella.', me dicen. 

+Quien no se de cuenta de eso después de haber pasado por sus garras... Está loco. 

-Pero no es justo que tenga que ser así. Ya estoy harta. Harta de siempre yo dar pasos y que nadie haga nada. Quien de veras quiera conocerme, tiene que ver más allá de mi coraza. Tiene que luchar por romperla, no quedarse fuera mirando, intentando ver lo que hay dentro. Porque así te aseguro que nadie conseguirá nada. Y yo siempre estaré sola, porque me niego a bajar mis defensas. No quiero sufrir más.

+Quien quiera conocerte, te buscará. Lo hará, te encontrará. Y entonces te conocerá, y no tendrá más remedio que enamorarse de ti. 



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