Insane.

Quererte era como montar en tiovivo.
El mareo, la sensación de salir de tu propio cuerpo porque sabes que ya no te perteneces, sino que perteneces a.
La evidencia más que clara de estar dando vueltas sin parar, siempre para llegar al punto de partida, sin posibilidad de retroceso; sin salida.
Y mi corazón ya no aguanta más, ya no soporta más destrozos. Las reformas cesaron, porque ya no hay nada que pueda ser reparado, ya todo acabó en pedazos, y el amor se consumió, como se consume una flor en invierno.
Lo único que me queda es la locura viva de haberte tenido entre mis brazos, de haberte amado hasta el éxtasis, y de haber trepado por la montaña rusa de tu alma.

Es el recuerdo de todo lo que me suponías, lo que aún me sigue matando por dentro.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Angustia.

Canta.

Siempre he sentido una atracción irremediable hacia aquello que sabía que estaba destinado a destruirme, un gusto voraz por lo roto y lo astillado.