Ella.

lo fue todo. Fui mi día y mi noche. Respiré por y para ella. Vivía porque sabía que ella lo hacía. Incluso en mis sueños, aparecía, con sus ojos color miel alumbrando mi oscuridad.
Fue mi sueño.
Y cuando la dejé ir, me desperté, rabiando, llorando, muriendo. Me quedé vacío, hueco y sin ella.
Me quedé solo, desnudo, y sin su olor.
Me quedé sin vida cuando ella se marchó.

[Dolor es no verte contenta y alegre todos los días. Dolor es imaginar tus labios y saber que no podré volver a besarlos. Dolor, es saber que te perdí para siempre].

Comentarios

Entradas populares de este blog

Angustia.

Canta.

Siempre he sentido una atracción irremediable hacia aquello que sabía que estaba destinado a destruirme, un gusto voraz por lo roto y lo astillado.