viernes, 2 de agosto de 2013

Creo en la reencarnación.

Tengo la certeza de que, si tú y yo ya nos amamos, ya nos deseamos tanto, ya.. nos anhelamos.. volveremos a hacerlo.
No te prometo ninguna fecha, ni ningún lugar exacto.
Sólo sé que pasará.
Porque un amor así, simplemente no puede quedar relegado a una sola vida. Tengo tantas cosas que darte aún, y siento como que se me agota el tiempo, aunque tengamos todos y cada uno de los días de nuestra vida para mostrártlo. 
¿Cómo puedo hacer para librarme de esta opresión en el corazón?
¿Cómo, para intentar vivir día a día sabiendo que cuando desaparezcamos, y sólo quede una pequeña huella de nuestro amor, no tendré la certeza de volver a encontrarte?
Las lágrimas me saben a la despedida que puede que no tengamos, y a la agonía de vivir en un mundo donde tu no existas.
¿Puede haber algo peor que necesitarte y no poder encontrarte?
De buscarte por cada parte de mi alma, por cada resquicio de lo que soy, y sólo encontrar pequeños retazos de tu sonrisa, y recuerdos borrosos de lo que ésta me hacía sentir.
Tener que tocar mi hombro delicadamente, así como tu hacías cada vez que algo iba mal, sólo para recordar como era sentir tus yemas quemando mi piel.
Cuando te enamoras, sea de la forma que sea, la muerte adquiere un matiz aún más aterrador.
Y la expectativa de tener que recorrer lo que quede de camino sola llegado el momento de tu marcha, me da más miedo que cualquier cosa en esta vida. 



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