Nos preguntan qué nos pasó.

Cuando en realidad, tu y yo nunca nos pasamos.
Simplemente nos descubrimos, nos desvelamos; tu y yo como uno sólo, desnudos por dentro y tan recluidos en el exterior.
Nunca nos ocurrimos, y pocas veces nos destruimos, aunque siempre por amor.
Nunca nos preguntamos, y raras veces respondimos, aunque siempre con dolor.
¿Y de verás aún nos preguntan qué nos pasó?
Como si pasarnos fuera lo más peligroso del cruce.
Como si tan siquiera conocernos fuera lo más doloroso del viaje.



Porque conocer el amor de los que no conocen el fuego, es como conocer amor extinto. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Angustia.

Canta.

Siempre he sentido una atracción irremediable hacia aquello que sabía que estaba destinado a destruirme, un gusto voraz por lo roto y lo astillado.