De ser mi ángel.
El mundo no te trató como merecías, ¿verdad?
Nunca vio la maravilla que encerrabas dentro, ni todas las metas que querías cumplir.
Nunca vislumbró el coraje y la fuerza que desprendías, ni todo el amor que no pedías.
Nunca vio más que la nada..
Te respondió con desprecios, y con violencia.
Con todas las armas que las personas pueden usar para herirte, sin necesidad de pólvora o metal, manos o verbos.
Te respondió rompiéndote el corazón.
Hizo que notaras las astillas incluso antes de clavarte la traición; incluso antes de tan siquiera sentir.
Y fue así como ocurrió.
De ser el mayor de mis ángeles, pasaste a ser el peor de mis demonios.
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