Con el corazón encogido.

Con los rotos en la mesa. 
Con la mente fría y la soledad como aliada;
con tus ojos fijos en los míos, y la indiferencia como bandera.

Así es como te veo.

Desencajado e inerte. Sin nada de tu vida en mi, sin nada de todo el amor que arrebatamos.

¿No lo oyes? ¿Acaso no lo sientes?
Es tu silencio.

Y a eso se reduce todo. A lo que no dices. A lo que sientes pero no expresas. A lo que intuyes pero no toleras.

A lo que amas, por dolerte tanto.



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