Lo comparé contigo, cuando lo llamé amor.
Cuando las cicatrices dejaron paso al dolor; cuando el corazón dijo basta, y la mente despertó.
Ahí fue cuando decidí que quererte no era opción, ni beneficio.
Que amarte ciegamente no era excusa, ni dogma.
Que aunque viviera mil vidas más, nunca podría escoger no amarte.
Que aunque el cielo se tornara aún más oscuro y abismal, no podrían separarme.
Y me preguntaban si besar con los ojos abierto era pecado.
-No, si no amas.
+¿Y amar con los ojos cerrados?
- Amar con los ojos cerrados, es como hacerlo sin corazón.
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