Te creíste solo,
cuando te llamé dolor.
Cuando comparé tu mirada, con la frialdad de la despedida.
Cuando decidí tratarte, como el amor trata a los enamorados.
Con el sufrimiento, la desidia, la injusticia y el egoísmo.
Así.
Y doliste cada palabra que salió de mi boca, por no coincidir con el deseo
de tu corazón en llamas.
Derramaste mis esperanzas.. desdichadas por amarte aún a fuego.
Y no miraste atrás, al dejarme marchar.
Amé cada dolor de tu ser, cada estigma de tu sombra.
Que pena saber, que perdí ese amor, todo el tiempo.
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