Canta.


Canta, ruiseñor de atardecer.
Y amanece mi espíritu, 
cauto y enamorado.
Canta, tu voz en mis oídos.
Retando mi alma a un duelo a sombras, 
cegada en luz, y tormenta.
Canta, lágrimas bendecidas.
Y retarda mi marcha, 
manchada de recuerdos, amor mío.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Angustia.

Siempre he sentido una atracción irremediable hacia aquello que sabía que estaba destinado a destruirme, un gusto voraz por lo roto y lo astillado.