No vale la pena sonreír por lo pasado.
Si, en cambio, lo vale por lo que está por venir.
¿Nadie te dijo nunca, que lo mejor está aún por llegar?
Sonríe, por saber que las personas que ahora forman parte de tu vida, y te quieren y respetan, seguirán ahí, incluso aunque todo vaya mal.
Sonríe, por el amor que está, o que vendrá. No por el que se perdió.
Sonríe, simplemente porque estás vivo.
Por tus experiencias presentes y futuras.
Por cada día soleado que despiertas, por cada noche nublada que pasas en tu cama, sabiendo que el día siguiente, siempre será mejor que el anterior.
Sonríe, simplemente, porque existe[s].
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