Veracidad.

- La amo tanto que la compartiría. Tanto, que buscaría su felicidad regalándote alguno de sus besos, porque se que es lo que ella desea. La amo tanto, que podría tenerla aún sabiendo que una parte de ella, siempre será tuya.
-Pues yo la amo hasta tal punto que nunca podría hacerlo. Nunca podría compartir su amor, y lo que ella me da. ¿Su felicidad? Yo se la daría, fuera como fuera. Daría mi vida por sacarle sonrisas de donde no hiciera falta, y podría buscar sus cosquillas, por detrás de su espalda. No harías falta en su vida, pues yo la completaría de tal manera, que la parte que tu ocupabas, quedaría plagada de todo lo que el torrente de mis sentimientos tiene que entregarle.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Angustia.

Canta.

Siempre he sentido una atracción irremediable hacia aquello que sabía que estaba destinado a destruirme, un gusto voraz por lo roto y lo astillado.