Te echo de menos

en mi cama, y en mis manos. En mi piel, y mis brazos. Entre el hueco de mi clavícula y en mi pecho.
Te echo de menos en los días, y en las noches. Te echo de menos cuando me despierto, y cuando camino. Incluso en mis sueños me haces falta.
[¿Es inutil decirte que, incluso cuando se que ya no te amo, te echo de menos?]

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