Solo fingí que te quería para seguir creciendo. Para madurar, soportando tus malas miradas, y tus gestos.
Realmente, nunca te amé, aunque te lo dijera siempre. Solo era una manera de escapar de ti, y de todo lo que me has supuesto. Si alguna vez creíste que sentí algo por ti, estás muy equivocado.
No se puede querer a alguien al que se repugna.
Tu y yo nunca estuvimos hechos el uno para el otro.
Solo te dedicaste a envenenarme la piel.
jueves, 24 de noviembre de 2011
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